Un defensa con más giros que un telenovela turca…

¡Damas y caballeros, acomódense para el espectáculo de Raúl Asencio! Este joven central está viviendo su primera temporada en la élite como si se tratara de un crossover entre una telenovela turca y una película de supervivencia. ¿El último guion? Bueno, comienza con una llamada que lo llevó a romper la puerta del vestuario del Real Madrid ¡como si le debieran dinero! Para rematar la historia, se las ingenió para dejar huella en un torneo donde su nombre brilló más que las estrellas que podría haber en un reality show intergaláctico.

Raúl, quien se enfrentó al Celta con el ímpetu de un Quijote del siglo XXI, vivió 48 horas tan apocalípticas que parecían sacadas de una telenovela épica. Entre vómitos, diarreas y más acción dramática que en un capítulo de zombies, nuestro héroe perdió peso más rápido que un yogur light. Pero, eso no lo detuvo. En el Bernabéu, en 67 minutos heroicos, desafió al destino, liderando al equipo en una expresión digna de una película de Spielberg, aunque con efectos menos especiales.

Y como en todos los buenos dramas futbolísticos, siempre hay una especie de Pandora en la trama. Esta vez con un feo gesto de Gavi que Asencio olvidó como quien deja una lista de la compra en el supermercado. Pero la memoria del vestuario es más larga que el recibo de una tienda de ropa. ¡Esto promete calentamiento global en el Clásico! ¿Podrá Asencio llevar la defensa a la cima? O, mejor dicho, ¿a la paz… celestial? El reloj no se detiene y, seguramente, el drama continuará.