El exdelantero ve injusto el traslado al extranjero…
El mundo del fútbol se encendió más rápido que un grito de gol mal dirigido cuando Wayne Rooney decidió intervenir en la discusión sobre el partido Villarreal-Barça que podría aterrizar en Miami el 20 de diciembre. Afirmó que jugar fuera por razones económicas le roba un partido a la afición. Al parecer, la liga tiene más trucos que un conejo escapista.
Rooney argumenta que las emisoras buscan el máximo provecho, mientras que los fans leales se quedan contando cada centavo, parecido a un niño contando caramelos en Halloween. La polémica se intensifica, y la aprobación por parte de la UEFA y la FIFA sigue pendiente. Rooney se une a las voces preocupadas por el partido que podría alzar vuelo lejos del territorio español.