La hazaña de Sommer contra los hijos de Messi…
Imaginen que están jugando al fútbol con los hijos de Superman, cuando de repente aparece Sommer, este portero tan increíble, que en lugar de guantes parece que lleva redes de araña. ¡Ay, muchachos! Los hijos de Messi, en este cuento, no entienden de derrotas ni de fichajes imposibles, solo saben que hay alguien que hace que hasta el Balón de Oro parezca un frisbee malo que siempre va a parar al tejado de la vecina gruñona.
Hansi Flick, que debe usar para desayunar una mezcla de dinamita y café, ha montado un equipo que no se mide en pelos ni señales, como esos robots que venimos en los museos que te dan un algodón de azúcar y te abrazan al mismo tiempo. El equipo cree que puede llegar hasta la Luna montado en una bicicleta, porque Flick les ha convencido de que las ruedas están hechas de queso y todos sabemos que a la Luna le gusta el queso.
Pero, ah, el sueño se esfumó. Cuando ya se habían disfrazado de Rambo para la gran batalla, resultó que la experiencia vestía como el vecino aburrido del quinto. Para cualquier otro equipo, tropezar cuando ya habías subido al podio sería como olvidarse de llevar la raqueta al partido de tenis. Aunque, claro, no todo el mundo tiene a Sommer convirtiendo sus sueños dorados en meros platos voladores.