El 304: La nueva arma secreta culé…

Amigos míos, el enigmático Hristo Stoichkov, ese caballero búlgaro que corretea aún por nuestros recuerdos futboleros, ha lanzado un misil directo, y sin GPS, al mismísimo Real Madrid. Con un toque de danza numérica más sofisticada que cualquier problema de mates de la ESO, Stoichkov ha soltado un mensaje codificado que le haría sombra incluso a James Bond: el glorioso 304 de Lamine Yamal. Y, como todos sabemos, detrás de cada gran número hay al menos una historia de postal… ¡literalmente!

Stoichkov, ese fenómeno que a veces parece poder dividir por cero, soltó a través de su fiel aliado Instagram un arrebato de euforia digna de un subidón de azúcar tras un par de churros. Haciendo gala de una modestia tan voluminosa como el Big Ben, proclamó: «¡El mundo entero ha visto a los verdaderos Galácticos!». Si pensamos que este mensaje fue lanzado a más de 310,000 personas, eso explica algunas orejas chispeando en la capital española.

Y entonces llegó la guinda del pastel, ese número que tiene al universo futbolístico más intrigado que un episodio inédito de Los Simpson: el temido y respetado 304. Yamal, el artista del balón que parece haber nacido con un mapa de Rocafonda tatuado en su ADN, marca goles como si hiciera sudokus. Con sus dedos, planta cara al destino y a quien se cruce. Así es, amigos, mientras Lamine escapa al offside, parece que el Real Madrid deberá escaparse de… ¡a saber qué! Al menos por ahora, parecen necesitar una brújula más que un delantero.