El portero polaco y su particular colección de paradas…

Szczesny, el guardameta polaco con manos de oro y modestia de un millón de quilates, se destacó en el duelo contra Da Luz. Después de un debut en la liguilla que olía a pesadilla, Szczesny transformó los balones en peluches como por arte de magia. Pregúntale cuál parada le gustó más, y te hablará sobre la primera, una maniobra tan tempranera que aún no había sonado ni la campana de inicio. Y aquí entre nosotros, promete que su obra maestra aún está por llegar.

El hombre del vestuario recalca que la misión no está completa: un partido más y el manual de cómo ser profesional seguirá al pie de la letra. La expulsión de Cubarsí no fue más que la excusa perfecta para afilar la estrategia de supervivencia. Con la táctica del «doble o nada», Szczesny y sus compañeros movieron las piezas como en un torneo de ajedrez.

Pedri, por supuesto, se llevó el MVP al igual que uno se lleva la última porción de la pizza. Pero Szczesny, posiblemente cuchillo en mano, opina: «Yo me quedo con la mitad, gracias». Con una sonrisa de oreja a oreja, nos deja con la esperanza del próximo partido donde promete otro espectáculo sin concesiones.