La celebración más «fumígena» del campeonato…

Imaginen la escena, queridos terrícolas del balón: mientras los jugadores del Barça bailan la Macarena y dan saltos de felicidad alabando a la diosa Liga, el guardameta Szczesny decide que es mejor ir a su propio ritmo. Se sienta tranquilamente y hace honor a su propio campeonato… ¡encendiendo un puro! Como si fuera el abuelo en una boda, observa el jolgorio con una dosis de tranquilidad y humo que bien podría salir de una fábrica.

La fiesta no se quedó ahí. En el césped del RCDE Stadium, el plan para la conga fue abruptamente cancelado cuando el Espanyol, en su maniobra más rocambolesca desde que intentaron el tiki-taka invertido, encendió los aspersores cual lluviosa bienvenida. El técnico Hansi Flick, probablemente confundiendo la ducha sorpresa con una pelea acuática, ordenó a sus hombres disparar hacia el túnel de vestuarios cual épica retirada del patio escolar.

Eso sí, mientras en el vestuario los barcelonistas gritan al ritmo de «We are the Champions» versión ardillas galácticas, Szczesny se mantiene estoico con su puro, probablemente meditando sobre cuál será el próximo sabor de tabaco. Tal vez, sólo tal vez, este hombre esté por encima de los mortales; o simplemente, disfrute del fútbol como un buen chapuzón de relax. En cualquier caso, ¡larga vida al cigarrito de Szczesny!