Olmo y el arte de no estar inscrito…
Javier Tebas, el presidente más dicharachero de LaLiga, asistió a los Desayunos Deportivos de Europa Press. Como siempre, dejó algunas perlas dignas de un guion de comedia. Tebas, que debe haberse perdido algún capítulo de «Cómo hacer amigos», se mostró reticente a que Dani Olmo termine LaLiga con el Barça, porque, claro, sin emoción, ¿qué hay? Lo siguiente será pedir que Messi juegue al ping-pong en el Camp Nou.
En su discurso inicial, Tebas se dejó llevar por la metamorfosis digital de LaLiga y el Plan Impulso, como si fuera el guion de una película de ciencia ficción donde los estadios son más futuristas que las naves de Star Wars. Sin embargo, el tema que le quita el sueño es la piratería, comparándola con un enemigo digno de James Bond. Después de todo, los piratas en España deben ser más temidos que el mismísimo Kraken.
Pasamos a lo que realmente importa. Según Tebas, el Barça debería estar más preocupado que un cerdo en el día de la matanza. Los problemas financieros del Barça comparados con una tormenta de billetes fueron el plato fuerte, aunque, claro, para él, el Madrid siempre será el club «llorón». Todo un clásico: lloros, risas y alguna que otra pata de jamón en el mix.
El presidente de LaLiga también se desahogó sobre la gobernanza del fútbol internacional. Aquí poco importan las amistades; aprovechó para pedir un diálogo profesional entre las partes. En su mundo ideal, las instituciones convocan reuniones con más rapidez que un meme viral.
Para terminar, con un fin de fiesta que ‘ni en Cuéntame se atrevieron’, vamos a lo de siempre: árbitros que parecen tener la brújula atascada y juicios más interminables que una partida de Monopoly. Según Tebas, el Barça debería haber resuelto sus problemas financieros de la misma forma que encontramos calcetines desaparecidos: con magia.
En cuanto a Dani Olmo, el galán de la anécdota jocosa, Tebas dejó clara su postura cual bisabuela en las rebajas: «No debería acabar en el Barça», dijo, mientras su semblante recordaba a quien ha perdido las llaves de su casa. Sí, esos pequeños detalles de la hermosa convivencia en LaLiga, donde siempre hay un estruendo mayor empujando la lógica por la ventana.