El portero alemán desafía las leyes del traspaso…
Imaginen a Ter Stegen como un imán para ofertas, pero con un repulsor intergaláctico que desintegra cualquier intento de fichaje. Ni Galatasaray, ni Mónaco… ¡ni los superhéroes de Marvel podrían moverlo del campamento blaugrana! Con una determinación digna de un gato al que no le importa nada más que dormir, nuestro héroe alemán sigue plantado como un bonsái en el Camp Nou.
Parece que han traído un peón nuevo, Joan García, al tablero del Barça, como si de repente jugaran al ajedrez con un dado. Pero Ter Stegen, cual rey blindado, no se inmuta ni un pelo de su capilar alemán. Él insiste: «Estoy comprometido al cien por cien con el Barça», mientras deja esperando al chapuzón de rumores que ni de lejos lo salpican. ¡Imagina un charco tratando de mojar a un paraguas! Inmutable, sí señor.
En la Nations League, Ter Stegen fue básicamente una muralla inexpugnable entre los palos. Portugal y Francia intentaron colar goles como si fueran cartas a Hogwarts, pero el chico malo del Barça simplemente dijo «No, gracias». La única forma de mover a este portero sería prometerle el cáliz de la inmortalidad… o igual ni así. En el fondo, Barcelona tiene la pelota en su tejado, y parece que es una de esas que devuelven solas como los boomerangs. ¡Cuidado con el fuera de juego financiero, culés!