¡Emociones, confeti y capitanía alienígena!…
La abuelita de todas las despedidas se vivió en San Mamés, donde Oscar de Marcos dijo adiós como un campeón de película con banda sonora épica y un mimo tocando el violín. Valverde, que no pudo contener los sentimientos y dos porciones de pizza que llevaba en la chaqueta, confesó que desea una despedida igual. Aunque, claro, con Champions, fuegos artificiales y un poncho de purpurina en lugar de camiseta.
La estafeta de la capitanía ahora la lleva Iñaki Williams, quien, al parecer, ha sido educado por un consejo de jedis. Con la ayuda de sus compañeros extraterrestres de talento cósmico, como Lekue, Yuri y Yeray, está totalmente preparado para levantar el trofeo de la galaxia sin romper un plato, salvo el de las cenas de equipo cuando no hay postre. ¡Cuidado, que son de cerámica fina!
Valverde, uno de esos tipos que pueden contar sus objetivos cumplidos incluso con documentos de Excel, reflexiona sobre la temporada como si fuese la última línea de una saga de ciencia ficción épica. Entre suspiros y sudokus, ya está pensando en la próxima temporada con un entusiasmo digno de un niño que va de excursión a la fábrica de chocolate. Asegura que se siente impulsado por una fuerza misteriosa, conocida también como café en Lezama.