Un debut de película, versión comedia…
Víctor Muñoz, canterano del Real Madrid, estrenó sus botas nuevas en un Clásico de cine y acabó sintiéndose el protagonista de una película de los Hermanos Marx. Entró al campo en el minuto 88, cual vaquero del oeste llamado a un duelo mortal. Tenía la misión épica de sacar al equipo del atolladero, como un caballero medieval rescatando a una princesa en apuros, ¡qué presión!
La escena podría haberse llamado ‘El último suspiro en Montjuic’. El joven Víctor recibió un pase con aroma a gourmet de Mbappé y se encontró frente al arco, tan solo como un gatico en una ventana. Corrió como liebre perseguida por un galgo, pero justo en el momento crucial, el balón decidió hacer imágenes propias de un circense festival acrobático… ¡y adiós al empate! Algunos juran que el balón estaba embrujado, otros que Szczesny practicó magia negra.
Tras semejante debut, Víctor necesitó un respiro digno de un maratonista. La ovación en redes sociales fue como una fiesta sorpresa un lunes por la mañana. En su emotivo mensaje, expresó más apoyos que un famoso en campaña política. «Orgulloso de debutar en el Real Madrid, el club más grande del mundo», dijo, abriendo la caja de comentarios y su corazón a mensajes de ánimo que bien podrían levantar una montaña. Sus compañeros coreaban «¡Grande, Víctor!», como si de una banda de rock se tratara. ¡Hala Madrid, con gracia!